Hoy me siento feliz...
Como ya sabéis este blog es para que entre todos podamos crecer.
Siempre os animo a que me mandéis cosas que nos puedan enriquecer a todos los que aquí nos reunimos.
Y hoy quiero compartir el enorme regalo que uno de nuestros lectores, además muy querido por mi, me ha hecho llegar.
Es un hombre maravilloso, viudo, que empieza a pensar que regalo le puede hacer a su única hija en su 25 cumpleaños...
He llorado al leerlo y enseguida le he pedido permiso para poder publicarlo. Aquí está...que gran lección para todos.
Este hombre podía haberle regalado a su hija cualquier regalo "caro" de esos que a nuestros hijos les gustan tanto...y sin embargo optó por esto.
Aprendamos de él, crezcamos un poco más y hagamos regalos desde el corazón, no desde el monedero...
GRACIAS, GRACIAS, POR DEJAR QUE LO PUBLIQUE!!!!!!!!!
HISTORIA DE UN CUPON
A nuestro Patatito
Tenía por delante algo muy importante para mi, el 25
cumpleaños de mi hija. Me planteaba que hacer, como casi siempre, y como casi siempre nunca acertaba, pero
tenía que ser distinto, no de un valor económico excesivo pero si cargado de
sentimiento, mensaje y amor. Solo se tiene esa edad una vez en la vida, y debe ser inolvidable
Pensé en un número de los ”Ciegos” , algo descabellado, pero que
tuviese sentido. Y dándole vueltas a la idea lo encontré en mi mente, solo me faltaba materializarlo.
Llamé a la Delegación de la ONCE en Barcelona y me
contestaron que ese número no se encontraba en Catalunya que llamase a la
Central en Madrid y así lo hice, ellos me informaron que se encontraba en la
Delegación de Euskadi.
Contacte con Euskadi y me dijeron que estaba en Amorebieta
(Bilbao), pedí los datos del vendedor que poseía ese “boleto” para ponerme en contacto con él,
pero me comunicaron que no me lo podían proporcionar , pero si podían
transmitirle a él los míos. Solo podía esperar a que esa persona anónima
impulsada por su bondad me llamase.
El viernes día 13 de enero de 2012 a las 10 Horas, esa persona
me llamó, no lo esperaba, aunque en el fondo de mi corazón albergaba la
esperanza que lo hiciese. Soy Juan Antonio, me dijo, vendedor de la ONCE en
Amorebietra y tengo un “cupón” esperándote, no te preocupes que te lo
guardo. Por esas casualidades de la vida
ese mismo día estaba en nuestras oficinas el vendedor que lleva la zona del
Norte de España de nuestros productos y le comenté la historia, José Andrés,
amablemente se ofreció a recoger el “billete” el lunes, que precisamente tenía
que pasar por Amorebieta. Llamé a Juan Antonio y le dije que un compañero
pasaría a recogerlo y asi quedó la historia, pero no en mi mente, seguía
dándole vueltas a la idea y sin pensarlo el sábado día 14 de enero a las 5 de
la madrugada, cogía mi coche y me encaminé hacia Amorebieta, agradecía a todos
su generosidad en proporcionarme el “Cupón” sin tenerme que desplazar pero era
algo que tenía que hacer yo, ese viaje era mio y de nadie más.
Fue un viaje de ida pesado y aunque iba sólo, no me sentía
solo, notaba una presencia que hacia que el trayecto se me hiciese más
llevadero, era una compañía silenciosa pero placentera y sobre todo me sentía
protegido y confiado.
Después de unas horas, para ser exacto 6, llegué a
Amorebieta, pregunté por la plaza del Ayuntamiento, que era dónde estaba el
quiosco de la ONCE y me presenté a Juan Antonio. Me encontré ante una persona
de aspecto agradable, de un semblante afable y de una mirada amigable, noté algo en mi interior que me hizo recordar
a un ser querido, por desgracia desaparecido. No era invidente, no tenía pelo,
pero si se vislumbraba una cicatriz en la cabeza que posiblemente era la causa
de su minusvalía.
Soy José Antonio de Barcelona, ¿Joder pero que haces aquí, no
iba a venir un amigo tuyo a buscarlo?, a lo cual respondí: Pasaba por aquí y he
pensado acercarme a saludarte, ¡Joder los catalanes sois la Hostia!, pues no
tengo el “número” aquí, como me dijiste que no vendrías hasta el lunes, pero no
te preocupes que llamo a mi hermano y dentro de media hora lo tienes aquí. Le
obsequié con una botella de vino que llevaba desde casa (era otro compañero de
viaje) era un simple detalle de agradecimiento y un acto de cordialidad, él me
lo agradeció con una sonrisa iluminándosele el rostro.
Estuve dando un paseo por la Ciudad a la espera de la hora
señalada para poder recoger el “billete”, Juan Antonio me entregó el “número”
(él se quedo con un ejemplar por si toca), nos despedimos con un apretón de
manos y un abrazo como si fuésemos amigos de toda la vida, fue una despedida entrañable.
Cogí el coche y me dirigí a la zona de la costa cantábrica, a
Bermeo, un pueblo precioso con un
encanto particular, antaño era básicamente un pueblo de pescadores, quería
cambiar de aires y encontrarme con el mar. Di un paseo por la zona del puerto y
me confundí entre la gente. Comí en un bar rodeado por personas del lugar, no
me sentía nada extraño sino más bien acogido por esa gente hospitalaria y
sonriente.
Después de comer encaminé mi viaje de vuelta a casa, tenía
por delante más de 600 Km. y aventuraba ser duro por la ansiedad del regreso al
hogar. En mi bolsillo guardaba su regalo, ahora era de ella.
Realmente se me hizo eterno, parecía que el cuentakilómetros
en lugar de restar kilómetros hasta mi destino los sumase y que cada vez me
faltaba más camino por recorrer, pero todo tiene su final y llegué, sano y
salvo a mi meta.
Ya en casa en mi dormitorio, y con su “billete” entre mis
manos, y lleno de orgullo lo contemplé; es el número 20187, para el día 20 de
enero del 2012 y serie 025, aparentemente no dice nada, es un número frio, pero
es todo lo contrario, el número 20187, es una fecha 20/1/87 hasta la fecha del
sorteo 20/1/2012, transcurren exactamente 25 años, número de serie 025 y que
además son los años que cumple.
No sé si seré capaz de hacer otra locura similar a esta, las
ideas se acaban y los años no perdonan, solo sé que siempre estaré a tu lado para
lo que te haga falta y le doy gracias a Dios por haberme brindado la
oportunidad de compartir mi vida contigo, me ha puesto ahí para algo, no sé que
algo es, pero estoy dispuesto a sacrificar lo que sea para tenerte junto a mi, aunque sea en la
distancia. El espíritu no entiende de kilómetros.
Un beso fuerte y eterno
para nuestra Patatito.
Papá y Mamá (d.e.m.a.)
¡¡Es precioso!! se me ha puesto el bello de punta....una gran demostración de amor..
ResponderEliminarBesos
Bea...con mucho amor
si Bea...es maravilloso las cosas que podemos llegar a hacer por amor verdad?...Solo espero que cada vez hagamos más cosas y que no esperemos a que sea el cumpleaños o un día especial, si no que lo hagamos sencillamente porque lo sentimos y queremos decir a esa persona especial cuanto la queremos.
Eliminarun beso!