Sale a la luz mi último libro "El silencio del camino"
Editorial Comanegra. Colección emociones
Si, un año justo después de salir "dos Corazones" a finales de marzo Editorial Comanegra saca en su colección "Emociones" el relato "El silencio del camino". Un libro corto, porque así lo requiere la colección, pero intenso, donde plasmo mi experiencia personal en el camino de Santiago. Está vez, la protagonista es Blanca, una mujer que lo ha perdido todo, hasta su propia identidad, y se pierde en ese camino para encontrarse consigo misma, lo que ha sido y lo que es.
En cada capítulo, que coincide con la parte del camino de Santiago que va desde Sarria hasta Santiago de Compostela, explico, a través de la vida de la protagonista, procesos de la vida y paralelismos para que el lector pueda sentirse en algunos casos, identificado. De esa manera, la persona que está leyendo puede trabajar aspectos de si mismo que desconoce.
El camino, la vida en si, es un gran espejo donde podemos vernos reflejados si decidimos quitarnos la venda que a veces. llevamos muy pegada a los ojos y que hace que vayamos por el mundo dando palos de ciego.
Porque no hay más ciego que aquel que no quiere ver.
Así que aquí os dejo con la portada del libro, el que podéis adquirir o encargar en cualquier librería, ademas de Amazón y con el prólogo para que los disfrutéis.
¡¡¡BUEN CAMINO!!!
PRÓLOGO
"Llega un momento en la vida en el que necesitas parar.
A veces no nace de ti, ya que en realidad no quieres hacerlo, sino de la propia vida, que te empuja. Es como si te hubieran dado un golpe seco en la espalda y te hubieran clavado en el suelo y te hubieras quedado paralizada mirando a todos lados porque has perdido los puntos cardinales. No sabes por dónde tirar, porque mires donde mires no ves ningún camino diáfano que te indique por dónde debes empezar.
Tarde o temprano, llega un momento en que necesitas un punto de inflexión para que tu vida deje de ser como es ahora y cambie hasta resultar irreconocible. Quisieras morirte porque, en esa parada obligada para hacer un recuento de los errores del pasado y del presente, empiezas a reflexionar sobre todo y todos y te sientes tan desgraciada, inútil, impotente y frustrada que no sabes cómo vas a seguir adelante ni tienes la más mínima esperanza de poder hacerlo. Llega un momento en el cual, o te dejas morir, o empiezas a caminar aunque sea a gatas pidiendo al destino que se encargue de dirigirte de un lado a otro, porque has gastado tanta energía, tantas fuerzas hasta llegar a este agujero negro, que ya no te queda el más mínimo aliento para continuar. Sabes que has cometido errores, pero no sabes qué hacer con ellos, sigues auto engañándote, como siempre has hecho, para seguir viviendo. Pero llega un instante de lucidez en el cual no quieres sobrevivir más, sino tener una vida de verdad, auténtica, no necesariamente la mejor, pero sí la que quieres vivir, no la que te empujan a vivir los demás. Ya no te sirve el personaje que un día te inventaste, y el traje que te hiciste a medida se te ha quedado pequeño y necesitas arrancártelo a tirones, aunque es difícil, porque hace tanto tiempo que lo llevas que casi está adherido a tu piel.
Porque cuando la vida te para de golpe, la venda se te cae de
los ojos y lo que has visto es una realidad que ni siquiera parece tuya, ni real. ¿De dónde ha salido? ¿Esto era así? Muy dentro de ti, sabías que era así, pero era tan doloroso que preferías seguir con la venda, dura, espesa, bien ajustada, para que no se viera ni el más mínimo resquicio de la verdad, y participar en una obra de teatro en la que ni si quiera eres la protagonista.
Hasta que un día la venda se cae del todo y no sabes cómo volver a ponértela; en ese instante llega el tsunami emocional responsable de la parada en seco y su caída. Te vapulea por dentro y por fuera, destroza toda tu vida hasta dejarla hecha añicos, la tierra se agrieta y en los agujeros negros que
se abren a tus pies van cayendo tus ilusiones, tus esperanzas, tus alegrías, tus fuerzas, y te quedas como una muñeca de trapo a punto de caer en ese mismo agujero, sin saber qué va a pasar, consciente de que tu vida ya no es la misma y de que tú tampoco lo eres. Sabes que si das un paso caerás en el abismo. Consideras si no sería mejor, pero algo te detiene. Te aferras con los pies a la tierra, como si tuvieras garras, y consigues no caerte, a pesar de los movimientos que aún sacuden tu interior.
Un terror infinito se apodera de ti. Y una frase, la única que vuelve una y otra vez, te taladra sin cesar:
«Y ahora… ¿qué?».
Ahora toca seguir, como sea."
De nuevo, mil gracias a todos, lectores, los verdaderos protagonistas por la acogida que ha tenido el libro.
Gracias a mi Agencia Literaria IMC y a la Editorial Comanegra por ser tan cercanos y ponérmelo tan fácil.
Pertenecer a esta colección tan conocida y querida, es para mi, un auténtico honor