martes, 8 de mayo de 2012

37) EL AMOR DE UN PADRE



Hoy me siento feliz...
Como ya sabéis este blog es para que entre todos podamos crecer. 
Siempre os animo a que me mandéis cosas que nos puedan enriquecer a todos los que aquí nos reunimos.
Y hoy quiero compartir el enorme regalo que uno de nuestros lectores, además muy querido por mi, me ha hecho llegar.
Es un hombre maravilloso, viudo, que empieza a pensar que regalo le puede hacer a su única hija en su 25 cumpleaños...
He llorado al leerlo y enseguida le he pedido permiso para poder publicarlo. Aquí está...que gran lección para todos.
Este hombre podía haberle regalado a su hija cualquier regalo "caro" de esos que a nuestros hijos les gustan tanto...y sin embargo optó por esto.
Aprendamos de él, crezcamos un poco más y hagamos regalos desde el corazón, no desde el monedero...
GRACIAS, GRACIAS, POR DEJAR QUE LO PUBLIQUE!!!!!!!!!




HISTORIA DE UN CUPON

A nuestro Patatito

Tenía por delante algo muy importante para mi, el 25 cumpleaños de mi hija. Me planteaba que hacer, como casi siempre,  y como casi siempre nunca acertaba, pero tenía que ser distinto, no de un valor económico excesivo pero si cargado de sentimiento, mensaje y amor. Solo se tiene esa edad  una vez en la vida, y debe ser inolvidable
Pensé en un número de los ”Ciegos” , algo descabellado, pero que tuviese sentido. Y dándole vueltas a la idea lo encontré en mi mente,  solo me faltaba materializarlo.
Llamé a la Delegación de la ONCE en Barcelona y me contestaron que ese número no se encontraba en Catalunya que llamase a la Central en Madrid y así lo hice, ellos me informaron que se encontraba en la Delegación  de Euskadi.
Contacte con Euskadi y me dijeron que estaba en Amorebieta (Bilbao), pedí los datos del vendedor que poseía  ese “boleto” para ponerme en contacto con él, pero me comunicaron que no me lo podían proporcionar , pero si podían transmitirle a él los míos. Solo podía esperar a que esa persona anónima impulsada por su bondad me llamase.
El viernes día 13 de enero de 2012 a las 10 Horas, esa persona me llamó, no lo esperaba, aunque en el fondo de mi corazón albergaba la esperanza que lo hiciese. Soy Juan Antonio, me dijo, vendedor de la ONCE en Amorebietra y tengo un “cupón” esperándote, no te preocupes que te lo guardo.  Por esas casualidades de la vida ese mismo día estaba en nuestras oficinas el vendedor que lleva la zona del Norte de España de nuestros productos y le comenté la historia, José Andrés, amablemente se ofreció a recoger el “billete” el lunes, que precisamente tenía que pasar por Amorebieta. Llamé a Juan Antonio y le dije que un compañero pasaría a recogerlo y asi quedó la historia, pero no en mi mente, seguía dándole vueltas a la idea y sin pensarlo el sábado día 14 de enero a las 5 de la madrugada, cogía mi coche y me encaminé hacia Amorebieta, agradecía a todos su generosidad en proporcionarme el “Cupón” sin tenerme que desplazar pero era algo que tenía que hacer yo, ese viaje era mio y de nadie más.
Fue un viaje de ida pesado y aunque iba sólo, no me sentía solo, notaba una presencia que hacia que el trayecto se me hiciese más llevadero, era una compañía silenciosa pero placentera y sobre todo me sentía protegido y confiado.
Después de unas horas, para ser exacto 6, llegué a Amorebieta, pregunté por la plaza del Ayuntamiento, que era dónde estaba el quiosco de la ONCE y me presenté a Juan Antonio. Me encontré ante una persona de aspecto agradable, de un semblante afable y de una mirada amigable,  noté algo en mi interior que me hizo recordar a un ser querido, por desgracia desaparecido. No era invidente, no tenía pelo, pero si se vislumbraba una cicatriz en la cabeza que posiblemente era la causa de su minusvalía.
Soy José Antonio de Barcelona, ¿Joder pero que haces aquí, no iba a venir un amigo tuyo a buscarlo?, a lo cual respondí: Pasaba por aquí y he pensado acercarme a saludarte, ¡Joder los catalanes sois la Hostia!, pues no tengo el “número” aquí, como me dijiste que no vendrías hasta el lunes, pero no te preocupes que llamo a mi hermano y dentro de media hora lo tienes aquí. Le obsequié con una botella de vino que llevaba desde casa (era otro compañero de viaje) era un simple detalle de agradecimiento y un acto de cordialidad, él me lo agradeció con una sonrisa iluminándosele el rostro.
Estuve dando un paseo por la Ciudad a la espera de la hora señalada para poder recoger el “billete”, Juan Antonio me entregó el “número” (él se quedo con un ejemplar por si toca), nos despedimos con un apretón de manos y un abrazo como si fuésemos amigos de toda la vida, fue una despedida entrañable.
Cogí el coche y me dirigí a la zona de la costa cantábrica, a Bermeo,  un pueblo precioso con un encanto particular, antaño era básicamente un pueblo de pescadores, quería cambiar de aires y encontrarme con el mar. Di un paseo por la zona del puerto y me confundí entre la gente. Comí en un bar rodeado por personas del lugar, no me sentía nada extraño sino más bien acogido por esa gente hospitalaria y sonriente.
Después de comer encaminé mi viaje de vuelta a casa, tenía por delante más de 600 Km. y aventuraba ser duro por la ansiedad del regreso al hogar. En mi bolsillo guardaba su regalo, ahora era de ella.
Realmente se me hizo eterno, parecía que el cuentakilómetros en lugar de restar kilómetros hasta mi destino los sumase y que cada vez me faltaba más camino por recorrer, pero todo tiene su final y llegué, sano y salvo a mi meta.
Ya en casa en mi dormitorio, y con su “billete” entre mis manos, y lleno de orgullo lo contemplé; es el número 20187, para el día 20 de enero del 2012 y serie 025, aparentemente no dice nada, es un número frio, pero es todo lo contrario, el número 20187, es una fecha 20/1/87 hasta la fecha del sorteo 20/1/2012, transcurren exactamente 25 años, número de serie 025 y que además son los años que cumple.
No sé si seré capaz de hacer otra locura similar a esta, las ideas se acaban y los años no perdonan, solo sé que siempre estaré a tu lado para lo que te haga falta y le doy gracias a Dios por haberme brindado la oportunidad de compartir mi vida contigo, me ha puesto ahí para algo, no sé que algo es, pero estoy dispuesto a sacrificar lo que sea  para tenerte junto a mi, aunque sea en la distancia. El espíritu no entiende de kilómetros.
Un beso fuerte y eterno  para nuestra Patatito.
Papá y Mamá (d.e.m.a.)


2 comentarios:

  1. ¡¡Es precioso!! se me ha puesto el bello de punta....una gran demostración de amor..
    Besos
    Bea...con mucho amor

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    1. si Bea...es maravilloso las cosas que podemos llegar a hacer por amor verdad?...Solo espero que cada vez hagamos más cosas y que no esperemos a que sea el cumpleaños o un día especial, si no que lo hagamos sencillamente porque lo sentimos y queremos decir a esa persona especial cuanto la queremos.
      un beso!

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