lunes, 18 de junio de 2012

42) TODO LLEGA...NO DESESPERES!



Esta semana una paciente me decía:
-Por qué la vida no me da una tregua?. Por qué a todos los que me rodean les van las cosas bien y a mi nunca?.
Le contesté que no podemos elegir algunas cosas que nos pasan en la vida,  enfermedades, pérdidas, traiciones, dolor…
Pero que si podemos elegir una actitud ante todas las desgracias que nos abruman y nos dejan en la más absoluta oscuridad.
Pero cuando una persona está en el túnel negro, en el vacío, anclada en el pensamiento negativo, por más que le digamos, la teoría se queda corta, los ejemplos y las comparaciones no bastan.
Necesitan ver una pequeña luz al final del túnel, necesitan cariño, sostén, un hombro donde llorar, comprensión, atención, una mano donde sostenerse, una pequeña farola que les ilumine.
Así que lo único que le dije fue:
-        -  Lo se, te entiendo, te veo…
Me miró con cara de asombro, porque con esta frase tan sencilla le estaba dando lo que necesitaba. Me sonrió y nos fundimos en un abrazo largo, muy largo…mientras le susurraba al oído.
-       -  Espera…todo llega, nada permanece…no desesperes..Y mientras tanto no estás sola…yo estoy a tu lado. No te soltaré.
Con esto nada de su vida cambia,  su entorno, sus dolencias siguen estando ahí su mala suerte (como ella la llama).  Pero era imprescindible que supiera que mientras acepta todo lo que tiene, no estará sola, que alguien la quiere, no solo yo, y que ocurra lo que ocurra todo pasará.
Hay veces que queremos sacarnos de encima todo ese malestar que nos derrota, y cuanto más rápido mejor, pero hay que transitarlo, dejar que fluya, que no se quede enquistado en nuestro interior, que se agote…
Y la verdad es que todo pasa…no nos quedamos en esa emoción para siempre y debemos aprender a cambiar ese pensamiento tan negativo y derrotista en pensamientos positivos para que nuestras creencias sobre que nos merecemos algo mejor llegará. Que todos estamos en el bombo de la vida y que ese sorteo, como todos, no podemos elegirlo y controlarlo.
Cuando asumimos y aceptamos lo que nos ocurre con todo el dolor de nuestro corazón, algo cambia en nuestro interior, en nuestra mente, un milagro: dejamos de luchar contra la vida, contra nuestra mala suerte, contra nosotros mismos. Y la batalla cesa, podemos descansar en nuestra tristeza para vivirla y dejarla partir cuando ya la agotemos.
Y se agota, cree en eso…Os lo puedo asegurar. Un buen día te levantas y sin saber por qué te sientes mejor, empiezas a ver los colores de la vida, de la primavera, el sol, el aire que respiramos, la gente que nos quiere.
Todo estaba ahí delante, mirándonos descaradamente frente a nuestras narices, eso no había cambiado, pero no lo veíamos.


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