Octubre: aprender a estar en "lo que es"
Octubre llega con su danza de hojas secas, con ese aire fresco que nos invita a recogernos y escuchar lo que ocurre dentro de nosotros.
Es un mes de transición, de cambios de luz y de ritmos, un recordatorio de que todo en la vida es cíclico.
Y en esos ciclos, como en el otoño, no siempre brilla el sol: a veces nos agitamos, nos secamos, nos nublamos o sentimos que nos apagamos.
Desde la mirada de la Gestalt y de la psicología humanista, esas experiencias no son fallos ni obstáculos, sino señales. Son puertas que nos conducen al contacto profundo con lo que está ocurriendo en nuestro presente. Lo importante no es forzarnos a salir de ahí cuanto antes, sino reconocer qué nos está mostrando ese estado, qué nos está pidiendo nuestra vida interior.
Cuando algo nos agita, tenemos la posibilidad de preguntarnos: ¿Qué necesito para volver a la calma? La agitación nos enseña que no siempre podemos controlar lo externo, pero sí podemos descubrir recursos internos que nos devuelvan al centro.
Cuando sentimos sequedad, apatía o vacío, aparece la oportunidad de mirar hacia dentro: ¿Qué me falta? ¿Dónde puedo nutrirme de nuevo? La sequía no es un castigo, sino la voz de nuestra necesidad de hidratación emocional, afectiva o espiritual.
Si nos nublamos y la claridad se pierde, ahí está la ocasión de practicar la paciencia y la confianza. La niebla nos enseña a caminar despacio, a sostenernos incluso sin ver el horizonte completo. Y cuando nos apagamos, cuando parece que la vida nos deja en cenizas, la misma oscuridad puede convertirse en el terreno fértil para un renacimiento, como el ave fénix que resurge transformado.
La Gestalt nos recuerda: “Lo que es, es”. Y ese “es” ya contiene el germen de lo que puede florecer después. No se trata de huir de lo que sentimos ni de disfrazarlo con positivismo forzado, sino de permitirnos estar en lo que está. Cuando nos damos ese permiso, la experiencia deja de ser un enemigo y se transforma en maestra.
Octubre, con sus tonos dorados y su invitación al recogimiento, nos recuerda que el crecimiento personal no siempre llega en primavera, entre flores y expansiones. Muchas veces, crecemos en silencio, en el aparente declive, en las pausas y en los finales. Ahí es donde surgen las lecciones escondidas que nos preparan para lo nuevo.
Quizás la propuesta de este mes sea sencilla y radical a la vez:
permitirte estar como estés, sin juicio, con respeto y con apertura. Porque cada emoción, cada nube, cada vacío, trae consigo un aprendizaje. Y ese aprendizaje, si lo acogemos con conciencia, se convierte en una manera más humana, honesta y profunda de seguir creciendo.
Te dejo unas preguntas para tu octubre interior:
Te propongo que este mes te regales un espacio de pausa y reflexión.
Puedes escribir en un cuaderno, meditar sobre ellas o simplemente llevarlas contigo en tu día a día:
1. ¿Qué me agita últimamente y qué hago para volver a la calma?
2. ¿Dónde siento sequedad o falta de nutrición en mi vida? ¿Qué necesito para hidratarme por dentro?
3. ¿Cómo me sostengo cuando la claridad se nubla y no sé hacia dónde voy?
4. ¿Qué parte de mí siente que se está apagando… y de qué forma podría renacer?
5. ¿Qué lección escondida puedo encontrar en este momento de mi vida, tal como es ahora?
Por eso es importante que vuelvas a leer con calma el mensaje de la imagen para aceptar y aprender de "lo que es"
¡Nos vemos por aquí para seguir creciendo!