Estoy en Atlanta, que
diferente todo al aeropuerto de Quito, allí caos, alegría, tranquilidad,
suciedad, ralentí…empanaos (como dice Espe).
Ya en la puerta de embarque
de Quito viene una señorita y empieza a gritar mi nombre. “Araceli Gutierrez?”
levanto la mano, como en el cole, se acerca con cara de pocas amigas.
- Sigame!.
- Oíga- pregunto- pero que pasa?.
- Tenemos que revisar su equipaje señora…
La sigo, no
vaya a ser que con el lío que hemos tenido con las maletas por exceso de equipaje
se cabreen más, y ya hemos tenido bastante con ese numerito para despedirnos de
Ecuador.
Así que la sigo, largos
pasillos deshabitados…
-Entre- me dice.
Allí me esperan otras dos
mujeres policías, una de ellas me mira fijamente, con esa cara de la poli mala
que sale en las películas.
-
Desnúdese.
-
Perdón?.
Me saco la cazadora, creo que
se está refiriendo a eso.
-
No, desnúdese
toda, por favor- me dice con una sonrisa.
-
Oiga, no
entiendo, si no me dice que pasa, no pienso desnudarme.
-
Estamos mirando
detenidamente su equipaje por posible sospecha
-
Sospecha?- Me
quedo muda.
-
Si señora…en esas
circunstancias es necesario seguir el protocolo y registrarla a usted también.
Así que cuanto antes se quite la ropa, antes podrá coger su vuelo.
Me la quito, a la mierda,
total, siempre voy desnuda en la playa delante de doscientas personas…Así que
más da?. Pero si da….porque no es lo mismo.
Mi parte japonesa
tiene ganas de sacar la catana y cortarles a las tres polis la cabeza…no parece
esto una película?. Pero mi parte madura la hace callar diciendo que estás en
otro país, con otras normas, otra cultura y total porque te manoseen un rato no
pasa nada. Me río yo sola y desdramatizo diciéndome “Anda Arita, con las ganas
que tenías que alguien te metiera mano…pues ale, por pedir…” .
“Está limpia.”. Le dice una a
la otra.
“Oh por dios, pensaban que no
lo estaba?”. Pues si, estoy limpia.
Seguimos peregrinando, esta
vez me llevan a un anglar donde varios perros están allí tumbados cansados de
tanto trabajar y por par de polis negros como el carbón me están mirando
fijamente con mi maleta gigante comprada en los chinos delante de ellos.
-Araceli Gutierrez?.
- Yo misma.
- Pasamos a registrar su
equipaje. No toque nada. No diga nada. Solo cuando se le pregunte.
Me quedo paralizada pensando
que esto no me puede pasar a mi. Aunque ya nos registraron a fondo a las tres
de la madrugada los de antinarcoticos. Siempre pringábamos nosotras porque
éramos las únicas gringas, como nos llamaban . Y encima abusando de las
maletas, que a la pobre Espe le destrozaron con sus manazas el candado de su maleta nueva…En fin... en esas cosas andaba yo pensando mientras el chavalote de dos
metros (guapo, muy guapo) y con cara de
pocos amigos sacaba una a una cada cosa que había en mi maleta.
-
Si va a este paso
perderé el avión.
Me echa una mirada tan
malvada y recriminatoria que me callo de golpe.
“Ari, cállate”, me digo.
Pieza una a una,
interminable…coge la bolsa de la ropa sucia, y veo que empieza a sacar mis
tangas, lo que me faltaba…y vuelvo a hablar.
-
Todo eso es ropa
sucia.
Me vuelve a mirar pero deja
la bolsa. Bien por mi dignidad!.
Toca dos paquetes duros y
empieza a preguntar.
-
Que són?
Pregunta absurda porque va a
abrirlos enseguida.
-
Un pajarito de
madera, el pequeño, la grande una garza,
también de madera.
-
Donde los compró?
-
Uno en Montañitas
y el otro en Libertad Bolivar. Son recuerdos.
-
Conocía usted a
quien se los vendió?.
-
Pues no, era un
indígena de los que hacen artesanía.
Le quita el papel de periódico,
lo huele, lo mueve, le pega con una porra diminuta que tiene para ver si está
hueco.
Y no me puedo quedar callada.
- Cree que hay algo dentro?.
Porque por mi se lo pueden quedar…
Otra vez mirada inquisidora.
-
Es que si nos lo
quedamos, usted se queda también. Ahora mismo lo sabremos, no se mueva, voy a
escanearlo.
Trago saliva, ya me lo decía
mi padre, “con lo bonita que estás callada Ari”
Se va, diciéndome a mi misma
que cómo me iba a mover si me ha dejado allí pegado a un perrazo negro, a
conjunto con él, que no me quita el ojo. Con lo que a mi me gustan los animales
y soy incapaz de decirle alguna tontería de las mías.
Tarda horrores y se me vienen
a la cabeza la tira de imagines de reportajes y pelis sobre estos temas.
“Te imaginas que te han
metido algo en los bichos de madera?. Al fin y al cabo han tenido mi equipaje
los del bus nada menos que 12 horas…Anda que como haya algo…”
Me empiezo a imaginar
quedándome allí, sin ni siquiera poder despedirme de Espe que debe estar
cagándose encima porque he desaparecido. Y porque tardo demasiado…Me
tranquilizo…
El chaval de color de dos
metros que en sus ratos libres debe de jugar en la NBA ecuatoriana , viene hacía mi con sus
pupílas taladrándome.
-
Está bien. Todo
es correcto. Sigamos con la maleta.
De nuevo saca uno a uno todo,
absolutamente todo lo que llevo dentro. Al fin termina y vuelve a meterlo todo
de mala manera, tirándolo a puñados…
Voy contando los segundos, la
cierra, me mira y por fin….me sonríe!!!!
-
Perdone las
molestias. Puede coger su vuelo.
Otra
vez sigo a la mujer policía que me ha venido a buscar y me llevan directamente a
la sala de embarque que está vacía, solo una Espe sentada más blanca del papel
y con ojos vidriosos se levanta corriendo y viene hacia mi.
- Tranquila, no ha pasado nada.
- Me han dicho que subiera al avión pero les
he dicho que sin ti no iba a ningún sitio.
Así
se hace, esa es mi niña, esa es mi Espe!.
Las
dos estamos blancas y calladas, nos sentamos, nos ponemos los cinturones, el
avión se empieza a deslizar por la pista.
“Por
favor, que despegue ya….”
Un
, dos, tres, cuatro….por fin sube lentamente y se mantiene en el aire como por
arte de magia. Suspiramos y las dos nos dormimos.
Porque además no quiero que ese último incidente me deje un mal sabor de boca...me llevo tanta luz de Ecuador, su gente, su generosidad, que aunque haya conocido con tanta intensidad también su sombra, me quedo, decididamente, con ese brillo de las almas que he conocido.
Porque además no quiero que ese último incidente me deje un mal sabor de boca...me llevo tanta luz de Ecuador, su gente, su generosidad, que aunque haya conocido con tanta intensidad también su sombra, me quedo, decididamente, con ese brillo de las almas que he conocido.
En
cuatro horas y media estamos en Atlanta, donde estoy escribiendo tranquila y
con una sudadera rosa fucsia chichón (más imposible) que pone ATLANTA en
blanco.
Que
limpio es todo aquí, cuanto orden, que amorosos los policías que me dicen que
si quiero Internet debo pagar siete dólares, por hora, hasta eso me sabe a
gloria. Suelos de moqueta, cuadros maravillosos en las paredes…
Diez
horas en el aeropuerto de Atlanta para coger el último vuelo que me llevará a
casa, al abrazo de los míos, a sus miradas, a sus preguntas, a sus te quieros
constantes.
Es
esa sensación que tengo siempre y que se repite constantemente cuando vuelvo de
un duro viaje a una ONG. Estoy a punto de coger ese último avión que me separa
de mi mundo, ese que he tenido olvidado durante un tiempo porque si los
mezclara no podría caminar con ambos a la vez. Lo dejo anestesiado, aparco mis afectos, mis amores, mis necesidades materiales y emocionales. Solo
así puedo entregarme a ese mundo nuevo que me abre sus brazos para acogerme en
su totalidad. Ahora ese abrazo me deja libre para volver al de los míos y mi
propio mundo me espera con la boca abierta y yo se que me lanzaré a él como una
loca para besarlo largamente…
Vuelvo a casa!.
P.D.- Mi maleta se quedó en Quito...
P.D.- Mi maleta se quedó en Quito...
Te esperamos! una gran aventura, incluido el lio del aeropuerto, sana y salva, nos regresas... Gracias!
ResponderEliminarSi, sana y salva y con unas ganas enormes de seguir trabajando para que muchas personas giren su mirada hacia la injusticia.
ResponderEliminarComo dicen en la Federación de Mujeres Víctimas de la violencia:
"NO ESTAMOS SOLAS...SOMOS TODAS!!!!
UN BESAZO!!!
ARA
Que increible lo que cuentas Araceli en tu accidentado retorno, ha sido de película...tal y como eres tú... y para colmo perdieron tu maleta, despues de todo lo que pasó y por lo que te hicieon pasar...
ResponderEliminarComo he llorado con tu reflexión final junto al mar...Que excepcional eres,como sientes, como transmites, como nos involucras, nos arrastras y nos comprometes... He sentido cada una de tus palabras y me he sumergido, me he ahogado y salido a flote tras cada ola...Ahora me siento más humana y con más disposición a ayudar al prójimo, dar un poquito de lo que tu dás a manos llenas y de forma tan altruista...
becci, me has dejado sin palabras...como siempre...Mil gracias!!!
ResponderEliminarEres todo un amor...Escribes como si hubieses estado a mi lado, eres tan cercana...